El caribe, lugar de brisas que te arrullan hasta llevarte al mas placentero sueño, lugar de grandes palmeras que se levantan como grandes atalayas, de grandes playas de arena blanca, lugar de realismo mágico, pero en especial de ritmos endiablados que se meten en el cuerpo, que sin saber porque en el momento en que tu menos esperas te hacen mover el pie a ritmo de la percusión de sus canciones, es que en el caribe gracias a un regalo de la divina providencia, hay tal cantidad de ritmos que lo hacen la envidaría cualquier de las regiones del mundo, ritmos pegajosos que te invaden el alma hasta apoderarse de tu cuerpo y hacerte saltar a bailar.
Uno de estos ritmos es el vallenato, ritmo oriundo del caribe colombiano mas concretamente del valle del Cacique Upar en el que se muestra en toda su expresión la fusión de razas y culturas que han pasado por ese lugar del mundo, donde todavía se puede vivir a base de una ilusión, este mes ese ritmo musical celebra su ya tradicional festival de acordeones, el de este año tiene en especial el de ser el de rey de reyes, y aunque nunca he tenido el privilegio de asistir a uno y no puedo hablar del ambiente que reina en dicho festival si puedo hablar del vallenato como lo siento.
Nací en una casa donde lo que mandaba la parada como buena casa barranquillera era la salsa, el vallenato según mi progenitor era música de poca monta que no merecía ser escuchada, y así crecí, sin conocer los vallenatos de turno ni los clásicos, porque mi niñez transcurrió, entre los boleros de mi agüela, la difunta Marta Cepeda Viuda de Palacio como firmaba ella en todos sus documentos; entre las rancheras de Mi Tía Myriam; entre la indiscutible salsa brava del Dr. Chalo Carrillo; que lo poseía todo como una multinacional gringa y el merengue que veías bailar a las parejas jóvenes en toda fiesta por ser mas fácil de seguir.
Pero mas pudo la constancia de un ritmo que cuado escuchas se te mete dentro y no puedes sacar de tu cabeza y sin saber como, empiezas de una forma inconciente a tararear los estribillos de sus canciones
Fue así como a los diez años me encontré cantando esto: “Ay es que me duele, es que me duele válgame Dios, 039, 039, se la llevo”, y fue cuando de mi comenzó a desaparecer esa idea preconcebida de que el vallenato era una música menor, comencé a escuchar las letras de cada vallenato que escuchaba cuando estaba con los mayores en alguna reunión, por que en casa era un sacrilegio atentar contra la hegemonía salsera, se tenia la idea que si en el equipo de sonido de la casa se escuchaba un vallenato automáticamente se dañaban los parlantes del equipo, o había que salir comprando una aguja nueva para el tocadiscos de vinilo. Pero mas fuerte fue la curiosidad y lo que las letras decían y me fueron interesando mas y mas , porque sentía que las letras no eran canciones si no poesías; poesías que se le canta a lo cotidiano, a los amores correspondidos, a los no correspondidos, a la suegra, a tu tierra, a los amigos, y entendí que para cada ocasión existe un vallenato; y fue así como puede arrancarme esa idea preconcebida, y empezar a disfrutar del vallenato, y descubrí que era una potente arma para entrompar, porque que mujer se resiste al decirle al oído o a viva voz en medio de una parranda “oye bonita cuando me estas mirando yo siento que mi vida cubre tu cuerpo” o encontrártela por la calle y decirle “hace tiempo que yo quiero vida mía hablar contigo, deja mi palabra larga penetre en tus oídos”, por mas indiferente que sea o por mas enfada que este la muchacha no tiene de otra que ponerse a hablar contigo, y aunque parezca poco original, utilizar la letra de un vallenato para tal propósito; digo como decía un poeta y de los grandes, La poesía no es de quien la escribe si no del que la necesita y la usa. Yme pregunto yo que buen costeño no ha necesitado en cualquier momento de su vida de una buen verso vallenato?
Porque igual sirve para todo, como para lo anteriormente mencionado como para llorar por el corazo roto, o para recordar la tierra que te Quiere te Añora y espera que un día vuelvas a ella.
3 comments:
El Dr. Chalo Carrillo y el viejo Nando Pino son de la misma escuela salsera. La creencia de los efectos del vallenato en el equipo de sonido imperaron en mi casa, y aún siguen siendo vigentes entre los Hermanos Pino Gomez.
En cada generación existe preferencias y usos de la música...
A veces no sé si ser un pez, si tener celos del peinecito, o si cantarle tres canciones bien bonitas...
A mí mi generación me parece con más recursos. No porque tengamos más sino porque usamos más.
Well said.
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