Saturday, April 21, 2007

Mi imagen del vallenato

Por Carlos Mario Soto

En 1983, año en que nací, ya el vallenato tenía un lugar establecido en el ámbito cultural colombiano. Ya se había peleado con todos los conocedores de la "buena música" y ya se había hecho respetable dentro del folclore nacional tanto como la cumbia o el joropo. Aún así, en mis más antiguos recuerdos, la imagen del vallenato seguía siendo deslucida por el ámbito licorero en el que se movía. Nada podía hacer que el fuelle respetable compartiera su prestigio con quienes lo escuchaban. El vallenato por tanto seguía siendo música de corronchos.

Ya sea porque fui un corroncho al crecer, o porque más bien no lo fui, me fui educando con sendos parlantes en las cantinas cercanas a mi casa, por una esquina salsa brava y por la otra vallenato ventiao. A mi casa llegaban los acordes del Cocha Molina, la interpretación del Pollo Isra o las composiciones de Emilianito; no muchos bajos, no muchas historias, pero los juglares se sentían ahí.

Ya cuando de verbena se pasa a la rumba con el Joe y con Sergio Vargas, me intereso más por los vallenatos alegres de Los Betos, Diomedes y Juancho Rois. El vallenato había sobrevivido al cambio en el modo de festejar. El vallenato alegre y bailable ya no era sólo para los viejos alcohólicos y corronchos de las esquinas. Ya había pasado (como yo lo veo de la mano del Binomio de Oro) por las clases más reacias a aceptarlo. El vallenato era para corronchos simple y llanamente por fama.

De pronto algo cambió. Un nuevo ventarrón sacudió la música y sólo se salvó la salsa a duras penas. La salsa se quedó como en una fotografía, una película en cámara lenta, o una película en red que carga lento. Del merengue solo sobrevivió el hombre merengue, los Vargas* y la Bachata rosa... ¿Y el vallenato? Aun no puedo hacerme una idea de qué sucedió pero las muertes de Rafael Orozco y la de Juancho Rois coinciden con esa época del ventarrón. Para mí el flujo del valle mutó. Mutación que nos (me incluyo) volvió a la imagen de que el vallenato es corroncho por las personas que lo escuchan. Esta vez yo no sentía folclore en el acordeón y mucho menos en las voces del momento. Habían nacido los "ponme cachos pero no me dejes"; el vallenato llorón.

Ahora, años después, la marea baja y la nueva ola se deja ver con artistas frescos y a la vez influidos por lo que se escuchaba otrora. El vallenato me vuelve a sonar a folclore aunque no se parezca a lo que recordaba de niño.

A mí me gusta el vallenato B.CD y A.DVD (antes del disco compacto y posterior al disco digital versátil).

* No los Vergas, ni los Sergios.

6 comments:

Cuentante said...

Corroncho es el vallenato que escuchan ahora en los lugares donde antes creían que el vallenato era de corronchos. Ergo, quienes son los corronchos?

cheo said...

el joropo carlos... tu estas muy cachacon carlos.. el joropo solo se conoce cuando viajas a los llanos.. mejor es el bunde tolimense ... o la guabina chiquinquireña eso si son ritmos ejejeje ...

Carlos Mario Soto said...

No me refiero a que me guste el joropo, digo que el vallenato es tan Colombiano como la guabina, la cumbia, el bunde, el chandé, el bullerengue, el mapalé, el cumbión, el currulao, el pasillo, el bambuco, ...

Cuentante said...

Cachacon!

cheo said...

cachacon . a que tu en el colegio bailabas el sanjuanero.. san juan , san juan , san juan

Cuentante said...

Porque yo baile fue Mapale nojoda, veeeen negrita veee.....