Friday, July 20, 2007

Dejando Huellas


Este martes me encontraba frente a mi computador terminando de redactar las conclusiones de mi tesis, lo que daba fin a mi trabajo durante el master realizado en España y Suecia. Así que al día siguiente debía ir a la Universidad para limpiar, organizar y entregar mi espacio de trabajo. Es típico de estas tareas encontrarse con papeles y documentos que traen sin número de recuerdos, algunos sobre momentos claves de la vida, otros sobre simples anécdotas cotidianas, pero no menos valiosas de recordar. Ese miércoles, mi hallazgo más valioso fueron varias fotografías de Colombia que prepare para una exposición en Luleå University of Technology.

Ese hecho no solo me recordó ese evento sino muchos otros en los cuales he participado durante mi estancia en Europa; como “Sombrero Vueltiao en Luleå”, las fiestas colombo-latinas en Luleå, “Carnaval de Barranquilla” en Suecia, las innumerables presentaciones folclóricas con el grupo de Barranquilla en Barcelona, los blogs con el Grupo Copera, y más. Son todos esos momentos los que me han llenado de orgullo por haber representado la buena fe y la alegría de los colombianos por el mundo; alegría de la que se han contagiado sin numero de personas sin importar procedencia o nacionalidad; personas a las que he compartido y enseñado “que es Colombia”, “como es Colombia”, donde esta Barranquilla, en fin, enseñarle la verdadera imagen que define nuestra esencia, no la que muestran los medios internacionales.

Hoy 20 de julio es la fecha en la que recordamos con más sentimiento nuestro país, un momento idóneo para ratificar que todos podemos trabajar y seguir dejando huella por Colombia; que la batalla por nuestra libertad e independencia se declaro hace 197 años, pero que aún no termina, que todos los colombiano seguimos luchando día a día por sacar adelante nuestra patria.

Como no, QUE VIVA COLOMBIA!

Thursday, July 19, 2007

En la distancia se recuerda... y con que ganas

Por Alejandro Angel Torres

A veces me pongo a pensar que tan real es al nostalgia que nos embarga, a algunos más a algunos menos, a todos aquellos colombianos que vivimos en el exterior.

Es ya un lugar común que los colombianos que por un motivo u otro, llámese estudios, trabajo o un mejor porvenir, han salido del país del sagrado corazón vivan en un recuerdo constante de una patria idealizada.

Partiendo de esto, nos encontramos que según la zona de la que procedamos recordaremos comidas como el pescado frito, el patacón, la bandeja paisa, el ajiaco, el sancocho y muchas muestras más de nuestra extensa gastronomía. También recordamos frutas como el nispero, la maracuya, la guanabana o la pitahaya; dulces como el arequipe, el bocadillo veleño, el dulce tres leches y todos los dulces de frutas y que decir de los que se dedican (me incluyo, nos dedicamos) a recordar la cerveza aguila vestida de novia, un trago de aguardiente antioqueño o un roncito viejo de caldas sentado con los amigos.

Pero cuidado, que el colombiano expatriado no se dedica sólo a recordar comidas y bebidas también recuerda la cotidianidad, por eso constantemente se pasa por su cabeza el recuerdo del saludo del vecino, las visitas en la mecedora, la tranquilidad en el trato con los demás, la alegría de la gente y la "mamadera de gallo" de cuando en cuando. Como se ve, muchas razones para recordar y extrañar.

Lógicamente un observador casual de esta nostalgia aparte de invitar al nostálgico a que se devuelva a el país de sus amores -ya que nadie lo amarra a que esté en donde esté- podría rebatirla con argumentos más que convincentes de todos los contras que puede tener vivir en Colombia pero yo, al menos en la distancia, prefiero tener un buen recuerdo la tierrita, y no , no es tapar el sol con un dedo pero como es poco lo que se puede hacer a tantos km de distancia es mejor guardar un buen recuerdo y esperar el momento en que se pueda ayudar a cambiar el panorama.

Por ahora ...chin chin ...hago un brindis por Llorente y su florero